Energía para cuidar.
Ser eficiente - en cualquier ámbito - brinda increíbles beneficios entre los que se destacan, por ejemplo, el tiempo, la reducción de la utilización de recursos y el ahorro de otros materiales o gastos. Sobre todo, si se trata de energía eléctrica.
Así como puede cumplirse la misma tarea empleando diferentes herramientas que permiten ser más o menos eficiente, con los electrodomésticos ocurre lo mismo.
Por ejemplo, no es lo mismo utilizar una estufa eléctrica para calefaccionar una habitación con las puertas abiertas que cerradas. Mantener los ingresos y las ventanas cerradas, con la debida ventilación, permite elevar la temperatura ambiente rápidamente y, por ende, consumiremos menos energía.
Ahora bien, según la Ley de la Conservación de la Energía, la energía no se crea ni se destruye. Esto es exactamente en lo que se basan las lámparas led: entregar más energía lumínica y menos calórica, al contrario de lo que ocurre con las bombillas tradicionales, en donde la energía calórica es mayor y por lo cual "se pierde" (se transforma) en menos energía lumínica.
Para lograr ser eficientes aplicando sencillos trucos, veamos estos cinco puntos a continuación:
1. Cambiar bombillas incandescentes por lámparas LED: Es una de las opciones más directas para ahorrar en la factura eléctrica y contrarrestar el consumo energético. Las bombillas tradicionales destinan menos del 10 % de su energía en luz, el resto es calor. En cambio, las LED o de bajo consumo requieren cerca de un 70 % menos de energía para brindar la misma luminosidad.
2. Utilizar la luz natural: Sustituir en la medida en que sea posible la luz artificial por luz solar es una excelente idea para no derrochar electricidad. Cómo se logra? Simplemente dejando ingresar al hogar este tipo de iluminación. Abrir ventanas y evitar colores oscuros en las paredes (para lograr reflejo de la luz) es una sencilla manera de hacerlo.
3. Detectores de movimiento: Prender y apagar la luz desde un interruptor cada vez que se ingresa a un espacio de la casa está quedando más en el pasado. En la actualidad los detectores de movimiento están escalando en popularidad y resultan increíblemente útiles para iluminar espacios automáticamente sin necesidad de que una persona intervenga. Se ahorra energía, en todo sentido.
4. Consumo fantasma: Este tipo de consumo - alimentado por el "stand by" de los aparatos electrónicos representa cerca del 10 % del gasto eléctrico anual. Mantener un control sobre los dispositivos y electrodomésticos enchufados a la red de electricidad será de gran utilidad al momento de ser eficientes.
5. La heladera, aliado y enemigo: Aliado porque es uno de los electrodomésticos más necesarios. Constantemente las personas se encuentran abriéndola. Una utilización incorrecta de la misma supone hasta un 25 % de gasto energéico adicional. Mantenerla a una distancia prudente de la pared y descongelarla a diario son algunas cosas que ayudan a no malgastar la electricidad.
Sencillas acciones y en ocasiones lógicas pueden ser pasadas por alto, lo que conlleva a un mayor gasto de dinero y más contaminación al medio ambiente. Incorporar pequeños hábitos no cuesta y, al corto plazo, veremos sus ventajas y beneficios reflejados en el bolsillo y en nuestro planeta.